‘The Expendables’, Sylvester Stallone, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger ruedan su escena juntos

Atención, momento de éxtasis descontrolado para los/las fans ochenteros del cine de acción. Con sólo leer la siguiente crónica se le ponen a uno los pelos de pollo.

La publicista de ‘The Expendables’, María Lascala, ha contado en su blog, tras anunciarlo previamente vía Twitter con un subidón del 15, el encuentro histórico de Sylvester Stallone, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger que se produjo el pasado sábado, a primera hora de la mañana, para rodar su escena conjunta.

Sin duda, los minutos más multiorgásmicos del filme para los seguidores de estas tres glorias vivitas (y coleantes) del género de acción de los 80.

Resumo un pelín dicho encuentro, sin olvidarme que a Lascala le fue aumentando la tensión conforme iba transcurriendo el citado día de la filmación, una jornada no apta para cinéfilos cardiacos.

El lugar del rodaje estaba en Hollywood, en la Iglesia Presbiteriana de Gower. María llegó alrededor de las 6:15 am, y Bruce y Sly ya estaban dentro de la Iglesia ensayando sus diálogos. Arnold llegó unos 20 minutos más tarde y le acompañó hasta el set, saludándose los tres con entusiasmo y emoción. Ay, que me da.

Cuenta que Willis estaba imponente, en muy buena forma, con su hermosa cabeza calva y esa sonrisa característica que destroza cámaras. Sly parecía relajado, pero sin duda dispuesto a poner toda la carne en el asador. Y Arnold tenía un pitillo en la boca, llevaba un peluco (=reloj) gigantesco en el brazo y estaba constantemente haciendo bromas.

Después, Arnold, Bruce y Sly repasaron la escena un par de veces antes de ir a vestuario y maquillaje.

A las 8:10 am, tres cámaras estaban rodando a los iconos de acción más grandes de nuestro tiempo, con todo el equipo de filmación hipnotizado. El rodaje fue con la iglesia vacía, sin extras, con mínima decoración, y con mucha tensión y humor.

Atención, porque dice Lascala que esta escena es fundamental para poner en marcha la película, lo cual me deja aún más expectante que antes. Voy a darme una ducha fría.